Recibido como un héroe, un tembloroso Nicanor volvió a gritar con el megáfono a las puertas del juzgado. El mismo megáfono que le ha llevado a sentarse en el banquillo, aunque para él, "los desahucios no tienen sentido, y menos el de una anciana".
Se refiere a de Aurelia Rey, durante el cual, Nicanor alteró la seguridad ciudadana según la Delegación del Gobierno. Ahora, acusado de desorden público, se enfrenta a una multa de 600 euros.
Su 'arma' es un micrófono con el que a sus 76 años, Nicanor se ha convertido en símbolo de la protestas ciudadana participando en desahucios, protestas de preferentistas o apoyo a los inmigrantes. La causa da igual porque él siempre está ahí.
Y en el día de su juicio también le apoyó otro héroe, el bombero Roberto Rivas que también fue multado por negarse a romper la cadena humana para desahuciar a Aurelia. Con él son once los manifestantes multados aquel día por desórdenes públicos.