El culebrón de las monjas clarisas de Belorado, en Burgos, empieza a complicarse a niveles surrealistas. En sus redes sociales han salido a desmentir que una de las monjas haya sufrido un infarto, "nadie se ha puesto enfermo, estamos todas bien, que no cunda el pánico".

La situación se torna aún más surrealista cuando José Ceacero, consultor espiritual de las clarisas de Belorado, ha confirmado a los medios de comunicación que un gallo y dos cobayas "pin y pon" han fallecido. Estas revelaciones han dejado perplejos a familiares, Jaime ha ido a ver a su tía, una de las clarisas, y ha confirmado que "su capacidad cognitiva no la tiene completa", además de que se está planteando sacarla "por su propia dignidad espiritual".

Desde la conferencia episcopal empiezan a estar preocupados y sospechan que "el desarrollo de los acontecimientos sugiere que no todas las hermanas suscriben la carta de la abadesa". Incluso se plantea la sospecha de que el grupo pueda estar involucrado en una secta, aunque Ceacero, su consultor espiritual, ha argumentado que fueron las monjas quienes buscaron su enseñanza, y ahora, la iglesia aspira a formar a sus propios seminaristas.

De las 16 monjas que empezaron, en breve quizá sean 14, ya que una de ellas está en otro convento cercano, mientras que la abadesa es acusada de someterlas.