Cincuenta mezquitas radicales en Cataluña, una de ellas se encuentra presuntamente ubicada en un polígono de Torredembarra, en Tarragona. Pero en ella niegan ser musulmanes radicales. "No somos radicales, ni mucho menos, somos gente normal y sensible", afirma Idriss el Ghzaoui, presidente Comunidad Islámica Pastoral del Tarragonès.

Aunque sí reconocen ser salafistas, dicen ser moderados. "Hay ramas salafistas moderadas y hay salafistas yihadistas", explica Idriss. El hecho es que una parte parte de musulmanes de Torredembarra no quieren ir a esta mezquita salafista y ya han pedido los permisos para abrir otra.

"Cerró la mezquita y ahora no le queremos. Si abrimos la nuestra, él no entra", afirma Osba Abdennassar el Merrouni, presidente Asociación Magrebí de Torredembarra. Desde el Ayuntamiento tienen claro que lo que pasa es "por la línea radical del imán del polígono", explica Enric Grangel, alcalde de Torredembarra. "No quieren que sus hijos sean adoctrinados de forma tan radical", añade el alcalde.

Los expertos aseguran que las propias comunidades musulmanas han acabado frenando el auge salafista. Pero además, las fuerzas de seguridad vigilan de cerca que la ideología salafi no se convierta en yihadismo. "Las mezquitas llevan muchos años muy controlados, tanto por los musulmanes como por las fuerzas de seguridad", indica Jofre Montoto, experto en seguridad.

Dentro del mundo musulmán, salafismo y yihadismo no son lo mismo. El salafismo es conservador, pero pacífico. "El islamismo es una ideología política, pero el yihadismo es ideología política violenta", explica Jofre Montoto. Queda claro que durante mucho tiempo los yihadistas se han estado escondiendo bajo el paraguas salafista y parece que estos ya no están dispuestos a darles cobijo.