La marea azul ha salido a la calle, de nuevo, para gritar
que no quieren que mercadeen con el agua: "Es una barbaridad que quieran hacer
un trasvase del río Ebro para vender agua para regadíos que, muchas veces, no
tienen sentido", señala una de las manifestantes.
Aseguran que el nuevo Plan Hidrológico, aprobado por el
gobierno en funciones de Rajoy, es una amenaza para el delta del Ebro al
reducir el caudal mínimo que marca la directiva europea. Además, el nuevo plan
incluye la construcción de 56 embalses que, dicen, dejarían secos los valles
del pirineo de Aragón y Navarra, algo que condenaría a la gente a irse de sus
pueblos.
Una manifestación respaldada por todos los partidos políticos
excepto por PP y Ciudadanos. "Es una vergüenza que a estas alturas todavía con
las movilizaciones masivas que se han producido de rechazo tengamos que estar
defendiendo el territorio y el agua", apunta la alcaldesa de Barcelona, Ada
Colau.
"Lo que hace es matar a toda una comarca, condenar a toda
una región al más absoluto de los ostracismos", asegura el candidato de ERC al
Congreso, Gabriel Rufián. En el Día Mundial del Medio Ambiente le piden a la
Comisión Europea que no dé luz verde a un plan que arruinaría, dicen, el futuro
de miles de personas.