Encontramos en redes sociales a un joven de Marruecos de 17 años que cada día sube la foto de los retos que dice ir superando. El día uno, se corta con la cuchilla en el brazo; el día dos, se levanta de madrugada para ver películas de terror; el día 3, se hace tres cortes con una cuchilla en el brazo; el día 5, como manda el juego, si está preparado para convertirse en una ballena, se tatúa 'sí'.
Estos son los primeros retos de una lista de 50 que componen 'el juego de la ballena azul', que si continúa haciendo le llevará el día 27 a las vías de un ferrocarril, y el día 50 a suicidarse saltando desde un edificio.
Le escribimos y le preguntamos por qué lo hace, lo que él nos contesta: "Odio odio mi vida". Le preguntamos si su familia sabe que lo está haciendo y por qué no pide ayuda, antre lo que argumenta que "la última vez que dije a mis padres que me quería suicidar me pegaron hasta hacerme sangrar. Ellos son la razón por la que estoy deprimido".
Posteriormente, le ofrecemos ayuda desde España y nos interesamos por si sus amigos también siguen el reto. "Mis amigos no quieren jugar y estoy orgulloso de ellos. No, gracias, no necesito ayuda", explica. Y al aconsejarle que pida ayuda a sus profesores, asegura que ellos también le "odian".
Este peligroso juego de rol se detectó por primera vez en redes sociales rusas hace dos años, y los Mossos d'Esquadra acaban de relacionarle un caso en España, más concretamente en Barcelona, donde una adolescente ha sido ingresada tras detectar su entorno que estaba haciendo el juego de 'la ballena azul'.
"Los adolescentes que son más susceptibles de entrar a formar parte de este 'juego' son los que necesitan una mayor aceptación del grupo", explica Miriam González Pablo, psicóloga infantil.
Policía y Guardia Civil recuerdan el peligro de no vigilar a los menores en redes sociales, porque antes que este, podría haber otros casos de 'ballena azul' en nuestro país.
"Es vergonzante"
Ernest, vecino de Paiporta, tras los insultos a Felipe VI, Sánchez, Letizia y Mazón: "Es un pensamiento de la caverna"
"Para el pueblo me ha parecido una vergüenza. La mayoría de la gente de Paiporta no tiene esa forma de actuar. A pesar de estar desesperado, puedo reclamar la ayuda que necesito, pero no de esa manera", ha manifestado.