Realmente necesitábamos vacaciones. Este año, si cabe, más que nunca. Porque lo vivido hasta ahora nos había tensionado hasta límites insospechados. Conseguimos poner tierra de por medio, por fin disfrutamos (aún con limitaciones) de la playa y volvemos a casa sabiendo que la "cuesta de otoño" puede ser complicada de subir.
Por eso, sería bueno conseguir no dilapidar en un solo día esa valiosísima recarga de pilas con la que volvemos a casa. Y es que, cuando las cosas se tuercen en el viaje de la operación retorno, puede ocurrir que todo el descanso y el disfrute se vayan por la borda en menos de lo que nos imaginamos.
Viajar con tráfico intenso y sufrir retenciones puede llegar a poner nuestros nervios al límite. En nuestra mano está poder minimizar el martirio de esa situación y también poner en práctica una conducción lo más eficiente posible, para evitar contribuir a un mayor deterioro de la ya de por sí maltrecha atmósfera. Vamos a repasar cómo hacerlo.
1. No hagas planes antes
La mejor garantía para un buen viaje de vuelta comienza con un buen descanso del conductor. Ya sabemos que esa cenita de despedida, donde se suele comer y, sobre todo, beber en abundancia, además de trasnochar, apetece sobremanera. Hagámosla, si es posible, el día anterior. La víspera del viaje, mejor ser comedidos y acostarnos pronto. Con las horas adecuadas de sueño, afrontaremos la vuelta mucho mejor preparados.
2. Nada de distracciones al volante
Lo ideal es planificar nuestro desplazamiento un buen rato después de haber ingerido alimentos, ya sea tras el desayuno, la comida o la cena. Comer en el coche, sobre la marcha, no es buena idea y lo único que va a conseguir es que nos distraigamos de nuestra tarea. Otro tanto es aplicable a la programación de nuestro itinerario en el GPS y, mucho más aún, al envío o lectura de mensajes. El móvil, mejor fuera de nuestro alcance para evitar tentaciones.
3. Educación y paciencia, siempre por delante
La carretera suele ser fuente de discusiones con otros conductores. Que si este me ha cerrado, que si el otro me ha hecho frenar, que si yo tenía preferencia… Volver de vacaciones es traumático para todos; hagamos un esfuerzo por respetar a los demás y ahorremos a nuestros acompañantes nuestra crispación por la mala educación ajena. No pegarse al de delante, usar los intermitentes, circular por la derecha si no se está adelantando y, en definitiva, ser igual de respetuoso como conductor que lo somos como peatones nos dará un viaje mucho más sosegado.
4. Orden en la sala
Coloquemos bien todos los objetos que llevamos en nuestro habitáculo. Y sería bueno también crear un buen ambiente interior basado en la limpieza (incluso determinados ambientadores favorecerán nuestra relajación). Una música tranquila o un programa de radio o podcast que nos guste a volumen moderado o bajo también aportarán su granito de arena.
5. No eres la autoridad
No te conviertas en el justiciero del asfalto, bloqueando a los que vienen adelantando porque consideras que van muy deprisa o regañando a diestro y siniestro por sus tropelías al volante. Piensa simplemente que si alguien se aproxima más rápido, igual es porque lleva más prisa que tú. Además, si crees que te enfrentas a un conductor agresivo, mejor no entres en peleas y déjale ir: ese tipo de personajes, cuanto más lejos, mejor.
6. Nada de eslalon
Pasar constantemente de un carril a otro para intentar adelantar terreno cuando el tráfico se va poniendo más denso, no solo no te ahorrará mucho tiempo, sino que te pondrá más nervioso y, por tanto, te fatigará más, aumentando las posibilidades de sufrir un incidente.
7. Date margen y vete atento
En tráfico denso, mejor separate un poco más de lo habitual del coche de delante. Cuanto más pegado ruedes a tu predecesor, menos margen tendrás para evitar un golpe por alcance en un frenazo inesperado. Ese tipo de percances suelen provocar, además, lo que conocemos como "efecto mirón". Debemos evitar quedarnos mirando a lo que ocurre en el otro sentido de la marcha, porque eso puede provocar que corramos la misma suerte si quien circula delante de nosotros frena súbitamente y no estamos atentos.
8. Levanta la vista en los atascos
Cuando el tráfico se congestiona, no es buena idea circular con la vista clavada en el coche de delante. Mejor mirar un poco más allá, para poder anticipar detenciones repentinas. Y es muy importante también tener los espejos retrovisores perfectamente regulados, de modo que podamos ver lo que hacen (o lo que amenazan con hacer) los coches que nos rodean sin tener que despegar la espalda del respaldo de nuestro asiento para "asomarnos" a nuestros propios espejos.
9. Pies libres
En detenciones por atasco, mejor liberar la marcha que tengamos engranada en un coche con cambio manual y sujetarlo con el freno de mano en parado. Así le daremos una pequeña tregua a nuestros pies y piernas. Además, quedarnos parados con el pedal del embrague pisado no es la mejor receta para alargar la vida útil de este órgano mecánico. Es más, podemos llegar incluso a quemarlo. Si tu coche es automático eres afortunado: tu cansancio en un atasco será notablemente menor.
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10. Ahorra hoy, disfruta mañana
Las aceleraciones desde parado son lo más costoso en materia de consumos y emisiones. Mejor evitarlas, dejando margen con los de delante. Las ruedas bajas de presión perjudican también el consumo, igual que las ventanillas abiertas a velocidades medias. Ahí, mejor la climatización interior. A baja velocidad ocurre lo contrario: apaguemos el aire acondicionado y bajemos las ventanillas ligeramente, si es que la temperatura exterior lo permite. Si tu coche no está equipado con el sistema start & stop, de parada automática de motor con el coche detenido, para el motor manualmente si la detención va a durar más de 10": a partir de ese tiempo, compensa el gasto extra de la puesta en marcha.