La muerte de un menor de 13 años tras dispararse un tiro en la cabeza como consecuencia de un supuesto caso de 'bullying' reabrió el debate sobre el acoso escolar en Argentina.
El adolescente falleció en el Hospital Zonal Virgen del Carmen de la localidad de Zárate (Buenos Aires), donde se encontraba ingresado desde que tuvo lugar el suceso, confirmaron fuentes del centro hospitalario a la agencia estatal de noticias Telam.
Uno de los primos del niño confirmó que el menor, un niño "cerrado" y "muy tranquilo", era "maltratado" y apodado "Obama" por su color de piel (muy morena) en los dos centros educativos en los que estudió en el último año, y afirmó que hay "dos o tres" testigos de las agresiones que sufrió el pequeño.
Sin embargo, afirmó desconocer si la familia iniciará acciones legales contra ambos colegios. Ernesto Gutiérrez, vicedirector de la Escuela Técnica número 1 de Zárate, donde estudiaba el menor desde el pasado agosto, subrayó que la institución no sabía "absolutamente nada" del presunto acoso escolar, por lo que ha sido una "gran sorpresa" para el equipo de docentes.
"Si pudo haber existido (acoso escolar), habría sido en otra escuela, descarto totalmente que haya habido un episodio de hostigamiento en nuestra escuela", ha insistido Gutiérrez. El docente recordó que el pequeño inició sus estudios en el centro que dirige el pasado mes de agosto, ya que antes había estado escolarizado en la Escuela Técnica número 3 de la misma localidad.
En cuanto a las causas del fallecimiento, desde el centro educativo no descartan "nada" porque desconocen qué propició que el menor disparara el arma, ha argumentado Gutiérrez. El vicedirector adelantó que el jueves el centro no suspenderá las clases con el objetivo de que los alumnos cuenten con la ayuda de un equipo de orientación escolar.
El titular de la ONG Bullying Sin Fronteras Javier Miglino, sostiene, en una nota de prensa, que el fallecimiento del menor es el colofón de "meses y meses" de ataques por parte de sus compañeros. "Obviamente la humillación continua que sufrió este joven logró calar tan hondo en su espíritu que terminó intentándose quitar la vida. Ni docentes ni los padres de los chicos acosadores hicieron algo en pos de terminar con la agresión y solamente su propia familia intentó ayudarlo, primero cambiando de escuela y luego intentando reconfortarlo, pero evidentemente ya era tarde", añade Miglino.
"Este lunes, faltó al colegio sin el consentimiento de sus padres, su mamá se enteró y lo reprendió. El martes la mujer fue a hablar con las autoridades de la escuela y, cuando regresó, encontró a su hijo de 13 años tendido en el suelo en una habitación (...) de su casa con un disparo en la cabeza", explica Miglino.