El incendio registrado en la ciudad de Christchurch, ubicada en el este de la Isla del Sur de Nueva Zelanda se ha cobrado, al menos, una vida. El fuego, que se originó el 13 de febrero, ha calcinado ya más de 1.850 hectáreas, llevándose por delante al menos 11 viviendas y dos cobertizos, según ha informado el diario 'The New Zealand Herald'.

La ministra de Justicia neozelandesa y diputada por Selwyn, Amy Adams, ha presentado una moción para debatir la situación de los incendios en la sesión parlamentaria. Además, Adams ha lamentado la muerte del piloto Steve Askins, por el momento único fallecido en el incendio, que perdió la vida cuando trabajaba en las labores de extinción.

"El señor Askin ha ofrecido un servicio extraordinario a nuestro país durante su vida, y sé que se le echará mucho de menos", ha señalado. Por su parte, ha reconocido también el trabajo de los servicios de emergencia, indicando que sin ellos el número de infraestructuras dañadas podría haber sido "considerablemente mayor".