Investigan si fue un yogur lo que pudo provocarle la muerte. El niño, de apenas seis años, era alérgico a la proteína de la leche. Durante la cena, el pequeño empezó a encontrarse mal, apenas podía respirar.

“Parece ser que el niño vino con un proceso de asma importante”, reconoce César Muñoz, alcalde de Villanueva de Perales. Los monitores de la granja escuela sabían que el niño no podía ingerir lácteos, pero no conocían el protocolo de actuación en caso de sufrir una reacción alérgica.

Llamaron a los padres y fueron ellos quienes les explicaron cómo administrarle la medicación. Pero viendo que el niño no mejoraba, decidieron trasladarlo hasta el hospital más cercano. De camino, el pequeño entró en parada cardiorrespiratoria.

Pararon el coche para tratar de reanimarlo y pidieron ayuda urgente al 112. Su estado era crítico. Según el 112, el menor entró en estado de shock anafiláctico y a los pocos minutos murió.

La inyección precoz de adrenalina es el único tratamiento contra la anafilaxia. Por eso, los médicos recomiendan a los alérgicos llevar siempre encima dos autoinyectores. La Granja Escuela no entiende cómo pudo suceder.

Según una exmonitora del centro, los niños alérgicos son sometidos a un riguroso control. Comen en mesas separadas y llevan una tarjeta identificativa colgada en el cuello donde se especifican las alergias.

La autopsia, que se le practicará esta tarde en el anatómico forense de Madrid, será la que determinará si fue o no el yogur lo que le provocó la reacción alérgica mortal.