Una mujer de Canadá ha denunciado que ha sido estafada al comprar lo que ella creía que era un gato de la raza Esfinge, cuando en realidad se trataba de una cría de gato al que habían arrancado el bigote y había sido depilado. Se trata de un caso de maltrato animal ya que puede provocar considerables trastornos a los animales.

Joanne Dyck, la joven que ha caído en la estafa, cuenta que a la semana al gato le había crecido una capa de pelo de color naranja, lo que provocó su indignación ya que había pagado casi 700 euros por el animal.

La dueña ha explicado en una entrevista a CBC News que "pensaba que lloraba porque echaba de menos a sus padres, pero probablemente era porque le dolía". "Era como un pequeño gatito, de no más de ocho semanas de edad y que estaba desnudo", ha asegurado.