La pequeña de cinco años quería pasar su verano jugando de una forma muy americana, por ello, decidió vender vasos de limonada a menos de un euro en la calle. Su padre, que no esperaba la repercusión que iba a acarrear la idea de su hija, decidió ayudarla con la elaboración de la bebida.
La menor comenzó a vender, como había planeado, los vasos de limonada a los viandantes hasta que cuatro agentes de la Policía Británica se acercaron al puesto. Los policías le dijeron a la niña que estaba cometiendo una ilegalidad por venta ambulante.
Los agentes multaron a la pequeña con 167 euros y le obligaron a cerrar el puesto inmediatamente. Tanto el padre como la niña se quedaron atónitos ante la denuncia de la Policía. El padre, en una entrevista recogida por 'Metro', asegura que su hija le preguntó si "había hecho algo malo".
El hombre le dijo a su hija que pediría un permiso para volver a montar el puesto, pero la niña dijo que estaba "demasiado asustada". El hombre, que es profesor de una escuela de negocios, asegura que entiende que se requiera una licencia, pero que una niña de cinco años no es un peligro para la seguridad pública.
A pesar de ello, la administración ha anulado la multa a la pequeña y les ha dicho que lamentan lo que ha sucedido y que "esperan que los agentes de la Policía demuestran su sentido común y utilicen sus poderes con sensatez".
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