Los vecinos han abarrotado la iglesia de Nuestra Señora de la Oliva para despedir al sacerdote. En el altar, una imagen de un joven Miguel Pajares y en la primera filas su hermano Emilio que agradecía el apoyo de todo el pueblo. “Estoy muy emocionado por cómo ha reaccionado todo el mundo”, ha manifestado.
La familia ha lamentado que no se hubiese hecho algo antes. Dicen que Miguel ya les había contado las dificultades que estaban teniendo en Liberia. Su prima ha asegurado que la ayuda llegó “demasiado tarde” y que “él ya se había quejado de que no tenían nada”. A la salida, la familia ha recibido las muestras de cariño de centenares de personas.
Una de los vecinas ha contado que querían darle su "último homenaje" y todos coinciden en que es "una gran pérdida". Algunos, incluso, le conocían desde que eran niños y coincidieron en el colegio. Ahora le despiden en una ceremonia con momentos de emoción en el adiós al único fallecido por ébola en Europa”.
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