Ha ocurrido en Idaho, Estados Unidos. Un niño de sólo ocho años consiguió salvar la vida de su padre que estaba siendo aplastado por su vehículo. J.T Parker se encontraba junto al Toyota Prius con su hermano mayor, Mason, de 17 años, y su padre Stephen, cuando sucedió.
Intentaban sacar el motor del coche, por lo que utilizaron el gato para subirlo y luego intentar quitar los ejes. El primero salió fácilmente, pero no el segundo. Movió el gato y el coche se cayó sobre él, atrapándolo. "No podía moverme en absoluto. Estaba totalmente atrapado, y luego me desmayé", explicó la víctima.
El hijo pequeño era el único que se encontraba en la escena, ya que su hermano Mason se había ausentado para curarse una herida en la mano. Empleó todas sus fuerzas para ajustar el gato, saltar durante 15 minutos sobre el mango y conseguir subir el vehículo.
"Fue aterrador y no pensé que pudiera levantar el coche. Después de 15 minutos, poco a poco comenzó a elevarse y corrió a buscar a su hermano para llamar a emergencias", confesaba el padre.
La madre, Jodi, no llegó hasta que ya se encontraban esperando a la ambulancia. Sin embargo, era tan grave la situación que Stephen, el accidentado, tuvo que ser trasladado en helicóptero hasta el hospital porque se encontraba en estado crítico.
Finalmente, aunque tenía 13 costillas rotas, consiguió estabilizarse. Sorprendentemente, no presentaba daños internos y fue dado de alta dos días después de ser ingresado.
Cuando Stephen volvió a casa, pidió a su hijo que volviera a levantar el coche con el gato, tal y como ocurrió ese día: su hijo no consiguió levantarlo ni un poco.