La Policía Municipal de Madrid ha tenido que intervenir casi 70 botellones este fin de semana por toda la capital. Coincidiendo con los primeros paseos de adultos y la celebración del Día de la Comunidad de Madrid, algunos ciudadanos salieron a la calle hasta altas horas de la madrugada con alcohol y música.
Tal y como se puede observar en el vídeo que acompaña estas líneas, varios vecinos de Madrid organizaron concentraciones en las calles ante la mirada atónita de los vecinos.
Entre música, bailes e incluso cánticos en los que aseguraban que ellos 'no se quedaban en casa', estos vecinos protagonizaban la mayor irresponsabilidad registrada desde que comenzó el estado de alarma en nuestro país.
Según ha explicado el comisario de Policía Municipal y portavoz y coordinador del servicio Covid-19 en el Cuerpo, José Luis Morcillo, ha sido un fin de semana "muy complicado". Los grupos de personas que hasta altas horas de la madrugada del sábado y domingo fueron 'pillados' bebiendo alcohol en algunos parques, vías públicas y vehículos con la música a todo volumen, han sido multados con cuantías de 900 euros por la Ley Antibotellón y por el real decreto sobre el estado de alarma.
"Vamos a ser muy rigurosos en este tipo de conductas, que vamos a controlar y denunciar. No hacemos gran seguimiento en redes porque no son grandes quedadas, sino que son cosas muy esporádicas denunciadas por los vecinos", ha manifestado Morcillo.
La concentración para beber alcohol más numerosa se originó en el número 6 de la calle de las Leguas, en el distrito de Villaverde, donde sobre las 22:15 horas había alrededor de una docena de jóvenes. En la calle de Dulcinea número 3, Tetuán, los agentes pillaron a unas ocho personas sobre el mismo horario, según fuentes policiales.
Tras inspeccionar el 99% de las instalaciones
Alivio en Bonaire: no hallan cadáveres en el parking del centro comercial con casi todo revisado
Tras haber inspeccionado todos los vehículos y el 99% de estas instalaciones, la Policía Nacional no ha encontrado víctimas mortales en el aparcamiento subterráneo del centro comercial Bonaire de Aldaia (Valencia), que podría haber sido una ratonera mortal.