Los novatos sólo se atreven a reconocer el sufrimiento cuando se ven lejos de los años universitarios. La humillación sexual es el plato fuerte de los ritos de iniciación. En ellos humillan a la mujer y ensalzan el papel dominante del hombre. ¿La mano ejecutora? Universitarios veteranos que mañana serán médicos, ingenieros, economistas, políticos o empresarios.

¿Por qué no denuncian los novatos esas vejaciones? Es una ley no escrita: si hablas de novatadas, es para defenderlas. Los veteranos no quieren perder esa sensación de poder sobre otro ser humano. Por ello disfrutan subastando a sus novatos medios desnudos, como si fueran ganado. Les emborrachan de la peor manera, aunque acaben enfermos. Si se niegan, volverán de noche y les sacarán a la fuerza.

La Ciudad Universitaria de Madrid es el epicentro de las novatadas, aquí se concentran la mayoría de los colegios mayores. El escenario de las novatadas es de alto nivel económico, y sus protagonistas, jóvenes universitarios con buen poder adquisitivo.

Vivir en un colegio mayor cuesta más del doble del salario mínimo español. Una plaza en uno de esos colegios vale 1.200 euros al mes. El colegio, que pertenece a una orden religiosa misionera, ingresa casi dos millones de euros por curso.