Al supuesto líder de la célula yihadista todo el barrio le conocía como Toni, a sus 40 años este granadino de nacimiento llevaba toda su vida en Sabadell. "Es una persona muy tranquila, hablaba muy despacito", cuenta un vecino.

Hace tres años empezó a buscar en el Islam su salida a los problemas con el alcohol, Toni se casó con una mujer marroquí hace tres años y comenzó a frecuentar la Mezquita de Terrassa. De ahñi empezó a organizar reuniones en las que supuestamente intentaba captar terroristas yihadistas, la última, el mismo martes antes de su detención.

De los 11 presuntos yihadistas detenidos en la última operación, cinco son españoles sin ascendencia musulmana, personas que en un momento dado decidieron hacerse fieles a un islam mal entendido. 

El fenómeno es tan peligroso como desconocido. "Lo estamos estudiando. Yo no soy psicólogo pero nos preocupa cómo una persona entra en este proceso que le lleva al fracaso más absoluto", relataba Ramón Espadaler, conseller del Interior. 

La radicalización no solo se produce ya en las mezquitas o en Internet, también las cárceles son un foco de captación de yihadistas. La polémica política la ha puesto el ministro del Interior. Hoy insiste en vincular yihadismo e independentismo. "Más que captar a personas para causas del independentismo, convendría que averiguaran si están en la ideología del salafismo y en los valores de Cataluña, España y Europa".