Sólo en Madrid hay más de 40.000 gatos callejeros, pero no todo el mundo puede alimentarlos. De hecho, el Gobierno quiere que sólo lo hagan personas autorizadas, para reducir las colonias de gatos y así evitar conflictos vecinales por el cuidado de los felinos sin dueños.

Entre los vecinos de la capital hay disparidad de opiniones. "Me parece bien el cuidado de los animales, es una responsabilidad de todos" opina una vecina. Otra lo condiciona a la limpieza: "Depende si cumplen las normas y no ensucian está bien". Mientras que Isabel, una jubilada madrileña, ha encontrado en la alimentación de los gatos una nueva ocupación: "Se garantiza que tengan comida durante todo el día, hasta la próxima vez que se dé. Porque comen muy a menudo".

Pese a que hay personas que siempre han alimentado a los felinos, y han propiciado la creación de estas colonias de gatos, no todas las personas pueden alimentarlos porque pueden surgir conflictos vecinales. Por ello, Arantxa Sanz, portavoz de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Madrid (SPAP), explica qué conlleva el cuidado de estas colonias: "Mucha dedicación y sobre todo defenderlos, porque hay mucha gente que no entiende que es una labor beneficiosa".

Estos animales han encontrado en estas colonias un refugio, ya que muchos han sido abandonados desde hace muchos años. Lola Juliá gestora de una colonia felina expone: "Muchos de los que estamos aquí llevamos más de 10 años capturando, esterilizando, vacunando... Vacunamos a los gatos de la calle que es algo muy importante".

Pero el cuidado de los gatos callejeros no es sólo una cuestión de voluntarios, también de las autoridades como destaca María José Montes, jefa de Servicios Veterinarios Madrid Salud: "El objetivo de este programa es el de integrar la presencia de los gatos en la ciudad, minimizando cualquier problema que pueda derivar de su presencia". Encontrar el equilibrio entre el bienestar animal y el vecinal ya es un desafío de todos.