Los gritos de dolor se funden con los llantos de desesperación. Tiene un brazo herido y está atado con una brida a un compañero, que también grita desesperado. Otro subsahariano está completamente inconsciente, le llevan en volandas pero también va atado. Estamos en la parte de la frontera marroquí.

Pocos minutos antes estaban subidos en el techo de la aduana del barrio chino, emocionados y todavía con esperanzas. Después de aguantar varias horas deciden bajar por unas escaleras, es cuando comienzan, según las ONG, las devoluciones en caliente.

Uno tras otro van saliendo por una puerta de servicio de la valla. La Guardia Civil les dirige. Un joven es arrastrado por el suelo porque ni siquiera puede andar.

Por primera vez vemos lo que ocurre una vez que son entregados a Marruecos. En las imágenes se ve cómo están tirados en el suelo, algunos atados de pies y manos, inmovilizados a pesar de estar heridos o casi sin fuerzas.

El Ministerio del Interior insiste: no son devoluciones en caliente, son rechazos en frontera. Pero las ONG creen que no hay dudas: están en suelo español. Denuncian que que el Gobierno de España ya no oculta estas deportaciones masivas y que con total impunidad se están convirtiendo en rutina.