Cuando Raquel tenía 3 años le implantaron un sistema que le permitía volver a oír, 13 años más tarde y a pesar de que ya existen dispositivo sin cables, Raquel sigue con el mismo implante. “Si yo se lo quiero cambiar son 8.000 euros  que nadie financia, que nadie te ayuda absolutamente con nada, lo cual no puede ser “, expresa  María Dolores de Gracia, madre de la niña sorda.

En España solo hay tres empresas que los venden, tienen monopolizados los precios y no dan financiación. Así que han de conformarse con el antiguo y el mantenimiento asciende a 150 euros mensuales. Para muchas familias esto es un gasto inabarcable para en época de crisis, si no compran los recambios, niños y adultos vuelven al silencio absoluto.

Además, excepto en Extremadura, solo se implanta un dispositivo por persona independientemente de que sean sordos de ambos oídos.

Las familias no quieren que los recortes en Sanidad dejen de provocar momentos como estos en el que un bebé oye por primera vez a su madre o una adulta se escucha a sí misma.