El patio de la parroquia de los Carmelites de Badalona se encuentra hasta arriba de solidaridad. Montañas de bolsas, y de cajas que contienen en su interior ropa, zapatos, juguetes para los niños.

También, todo tipo de artículos que los refugiados puedan necesitar en Idomeni. Es la respuesta masiva a la petición de ayuda para ellos; una genereosidad que ha llegado de toda Cataluña y ha colapsado la parroquia.

Incluso, la policía local ha tenido que intervenir para distribuir los coches, que no dejaban de llegar cargados. Están desbordados y por ello han colgado un cartel en la entrada en el que avisan que ya no pueden aceptar más ayuda, no cabe nada más en el recinto.

La imagen del día siguiente, aún más impresionante: decenas de los voluntarios clasificando y empaquetando esas toneladas de ayuda donada. Es lo que ahora necesitan: Cajas de cartón para transportarlas.

También, alguien que les ceda una nave industrial para almacenar lo recogido, más voluntarios con camionetas para llevarlo hasta allí y donaciones económicas para cubrir los 4.000 euros que les va a costar enviar cada camión hasta Idomeni.