Tratan de dormir sobre bancos de Iglesia. Más de 200 jóvenes migrantes concilian el sueño en una parroquia catalana.
"En la calle no... en la calle no puedes dormir tranquilo", explica uno de los jóvenes hospedados en la parroquia catalana de Santa Anna, que acoge más de 200 inmigrantes.
Pueden descansar allí de ocho de la mañana a ocho de la tarde. Eligen este recurso, según Generalitat, porque no se adaptan a los que ellos les ofrecen.
Peio Sánchez, sacerdote de Santa Anna, explica que han creado "un espacio abierto de acogida de las personas y de allí procuran derivarlos a las distintas redes que existen".
Una imagen similar a la que vemos en la parroquia San Carlos Borromeo, en Madrid. Allí también hay camas improvisados entre bancos de iglesias.
Una de ellas las utiliza Diana y sus hijos, que llegaron a España huyendo de las Maras en El Salvador. Cuenta que trató de alojarse en un albergue del Samur Social, pero no había plaza para ella y tuvieron que dormir en la calle, en un parque.
Actualmente, esta parroquia acoge a una veintena de personas refugiadas, y no es la única en Madrid. Javier Baeza, párroco de San Carlos Borromeo, hace un llamamiento para que las "administraciones brinden un lugar digno" donde puedan estar los refugiados.
Voluntad como la de acoger a estas familias de refugiados, que han tenido que dormir varias noches en las puertas del Samur Social de Madrid, ante la falta de plazas.
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