Jessica, la madre, asegura que estuvo una hora paseando entre los vagones intentando calmar a la pequeña, que no dejaba de llorar. Justo en el momento en el que la bebé se calmó y ella se sentó, ocurrió todo. Aún no se explica su fortuna. “Algo hizo que nos sentáramos en el momento que teníamos que sentarnos y sobrevivimos” asegura Jessica.

Otra historia similar es la de Carmen y Alfredo, el matrimonio no cogió el tren por un error en la compra de sus billetes, un error que les salvó la vida.Este viernes les toca viajar, aunque dicen que no pueden dejar de pensar en lo ocurrido.

Azar o suerte como la historia de Vanesa, que decidió no coger el tren ese día para no gastar todos sus días libres, una decisión que siempre recordará. 
Todos ellos, agradecidos por la suerte que han tenido, miran hacia delante.