La máquina en la que empieza el análisis para confirmar o descartar el virus del Ébola es un termociclador, vale con una muestra de sangre. De ella se extrae una secuencia de ADN, se somete a calor para separarla en dos y, a una sola molécula, se le aplica una encima, la polimerasa, la que da nombre a la prueba. A partir de ahí, se reproduce hasta un millón de veces. Sobre ese millón de 'fotocopias' se trabaja después para comprobar si el ADN del virus Ébola está presente.

12 personas del Instituto de Salud Carlos III de Majadahonda son las que trabajan para conocer los resultados de la PCR. Es el único centro autorizado por el Ministerio de Sanidad para las pruebas del ébola por ser el más preparado y especializado en microbiología y virología.

Aunque muchos otros hacen esta prueba: porque con ella se pueden detectar otras enfermedades o identificar personas, de hecho el ADN de las colillas encontradas en el gran incendio en Girona en 2012 se analizó con la técnica PCR.

La prueba se repite 72 horas después de la primera, con la misma muestra de sangre o con otra diferente para descartar falsos positivos o negativos, porque es más sencillo detectar el virus cuando hay mayor carga viral. Por eso no es eficaz en pacientes que no tienen síntomas, y no se ha realizado, por ejemplo, al marido de Teresa.