Katia Marquez aparca su repertorio para tocar y cantar las canciones favoritas de los pacientes hospitalizados. El objetivo final es ver al público "cantando, implicado, sonriendo y olvidándose de ese momento para vivir el aquí y el ahora", confiesa la cantante del proyecto Músicos por la Salud. Los estudios lo sostienen: la música altera nuestro humor, lidia con el estrés y permite desconectarse de situaciones angustiosas. Y las caras y aplausos de los pacientes que escuchan atentamente a Katia lo corroboran.

"Me ha animado un poco, nos hemos venido arriba", asegura uno de ellos. Maria Antonia Rebollo, supervisora de Oncología del Hospital de día de La Paz, asegura que estos pequeños conciertos son una parte importante de la terapia. "Es una terapia directa en el tiempo que están muchas veces mirando la cara de su compañero. Les ayuda a hacer el tiempo mucho más agradable y ameno", asegura la experta.

Para la artista no hay aplauso más sincero que el de estos pacientes. "Siempre surgen momentos inolvidables. Me siento agradecida y bendecida por esa energía que te produce que una persona te diga 'Me has cambiado el día'", expresa emocionada a las cámaras de laSexta. Más allá de humanizar espacios, la música también alivia el dolor.