En la nueva jornada de declaraciones en el juicio de José Bretón, por el presunto asesinato de sus hijos, declaran peritos, químicos y expertos en telecomunicaciones.
De este último grupo prestará declaración Luis Enrique Hellin Moro, un experto en rastrear la pista que dejan los aparatos, como teléfonos móviles u ordenadores, para conocer lo que tienen aún oculto y lo que se ha borrado.
Hellin es el perito encargado de demostrar donde estaba José Bretón el día de la desaparición de los niños, Ruth y José, en función de las llamadas enviadas o recibidas, o conocer si su móvil escondía algo que ayudara a incriminarlo.
Hasta ahí todo bien, excepto cuando descubrimos su pasado. El ultraderechista Emilio Hellin, su verdadero nombre, asesinó en 1980 de varios disparos en la cabeza a Yolanda González, una estudiante vasca y militante del Partido Socialista de los Trabajadores -PST-.
Yolanda tenía 19 años cuando el 1 de febrero de 1980 fue secuestrada en la puerta de su casa a punta de pistola por miembros del Batallón Vasco Español, un grupo ultraderechista, entre los que iba Hellin.
La joven fue interrogada y torturada. Ante su resistencia, pararon el coche, Emilio Hellin sacó su pistola y le disparó dos veces en la cabeza. Posteriormente la dejaron en la cuneta de la carretera donde fue encontrada.
Condenado a 43 años, sólo cumplió 14 entre rejas. En los últimos años, el Ministerio del Interior le ha contratado para colaborar con las Fuerzas y Cuerpo de Seguridad del Estado por ser un experto en la recuperación de datos.
Por ello, la abogada de Ruth Ortiz, Maria del Reposo Carrero solicitó sus servicios para descubrir dónde se encontraba José Bretón el 8 de octubre, día en el que desaparecieron los niños, en función de las llamadas enviadas y recibidas.
La abogada de Ruth también quería saber si Bretón borró pruebas de su teléfono con ayuda de su hermano, ingeniero de telecomunicaciones.
Hellin ha elaborado un informe, que presentará ante el jurado popular, donde explica que José Bretón eliminó determinadas llamadas dos días después de denunciar la desaparición de sus hijos.
El experto en telecomunicaciones averiguó que del teléfono de Bretón desaparecieron registros de llamadas el 21 de octubre, cuando llevaba preso desde la noche del 17.
En ese momento era su hermano, Rafael Bretón, el encargado de custodiar su teléfono móvil.