Juan Ballesteros Peiró, el policía municipal de Madrid que esta madrugada ha fallecido degollado en un bar de la capital cuando estaba fuera de servicio, frustró hace meses un atraco en un local del barrio de Vicálvaro y recibió un disparo en la cabeza con perdigones.
Así lo han indicado fuentes policiales, que han subrayado la competencia y el trabajo que la víctima ha realizado en el cuerpo durante su trayectoria profesional. El agente fue acuchillado en el bar Luis, ubicado en el barrio de Vicálvaro y cerca de su casa, por un hombre, Manuel C.R., de 50 años, que después del suceso llamó al 112 desde su vivienda y se entregó.
Las mismas fuentes han precisado que Ballesteros trabajó por la tarde y al salir fue al bar para ver el partido de supercopa del Real Madrid contra el Manchester United. Han añadido que hasta poco antes de su muerte mantuvo conversaciones de WhatsApp con sus compañeros, desolados por la muerte del policía.
Han indicado también que vio entrar en el bar a un hombre con una mochila a la espalda, que se dirigía al baño, salía de él y rondaba por las mesas molestando a los clientes. El agente le recriminó su actitud, ambos intercambiaron unas frases y el agresor sacó un cuchillo de la mochila y le rebanó el cuello desde la oreja a la barbilla.
Según las fuentes, el policía no tuvo posibilidad de defenderse, logró salir del bar malherido y a los pocos segundos cayó al suelo desangrado. "Hoy es un día duro para la Policía Municipal de Madrid. Hemos perdido a un buen amigo, una buena persona y compañero excepcional", ha escrito uno de sus compañeros en una carta que circula entre los agentes.
"Gracias por todo, por como eras, nos has alegrado millones de días con tu forma de ser, te queremos y te guardaremos en nuestros corazones siempre. Cuídate mucho allá donde vas. Ha sido un orgullo patrullar a tu lado", concluye la misiva.