El pederasta de Ciudad Lineal arriesga cada vez más, con la última víctima cometió muchos fallos, equivocaciones que dejan claro que el depredador sexual está bajando la guardia.

Laura García Agustín, psicóloga clínica, comenta: "Lleva más tiempo sin actuar. Necesitaba de alguna manera dar salida de manera más rápida a la pulsión que él tiene porque, de alguna manera, debe contenerse más durante este tiempo que no ha actuado y se ha precipitado".

No narcotizó a la niña, por eso pudo hacer una descripción del secuestrador y del vehículo en el que la introdujo. Los expertos aseguran que le gusta el riesgo, mantener un pulso con la Policía. Por eso cometió su última agresión a pocos metros de una comisaría de Policía Nacional.

La criminóloga Ángeles García señala que "ha eliminado una serie de conductas que tiene, que le protegían de ser sospechoso de la Policía".

Podríamos estar ante un hombre egocéntirico que se crece cuando los medios de comunicación se hacen eco de sus secuestros. Serafín Giraldo, portavoz de la Unión Federal de Policía, comenta que "le gusta estar en ol ojo del huracán. Le gusta verse que está siendo buscado".

Ya son cuatro las agresiones que habría cometido con total impunidad, el depredador sexual se mueve a sus anchas por Madrid, mientras la Policía Nacional trata de ponerle cerco antes de que los niños comiencen el curso escolar.