El precio de intentar llegar a España son cortes, moratones y desgarros que marcan la piel de los migrantes que logran acceder a Melilla pero en la valla no solo hieren las cuchillas: "Nos han pegado" dice un inmigrante.

Hace unos días varios migrantes permanecían encaramados en la valla cuando un agente marroquí empieza a obligarles a bajar a palos. Unas agresiones que han vuelto a indignar a las ONG: "Eso es un crimen" afirma José Alonso, de la asociación europea de Derechos Humanos.

El Gobierno español, sin embargo, mira a otro lado e insiste en que las agresiones ocurrieron en territorio marroquí. Una actitud irresponsable, según Amnistía Internacional: "No se puede hechar la vista a un lado cuando se cometen violaciones de derechos humanos” afirma Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional de España.

No solo el silencio nos hace cómplices, para Amnistía, España también estaría violando el derecho internacional, concretamente el principio de no devolución: "Hay una responsabilidad de no expulsar a nadie a un país donde corre riesgo de que sean violados sus derechos” dice Beltrán.

Activistas y organizaciones que trabajan en Melilla ya han anunciado que van a llevar estos hechos ante los tribunales porque dicen, España no puede seguir indiferente a las graves violaciones de derechos humanos que continúan repitiéndose a sus puertas.