La huelga indefinida comenzada por los trabajadores encargados de la limpieza de las calles de Madrid consigue apoyos incluso fuera de España. Leo Wieland, periodista del diario Frankfurter Allgemeine ha querido remarcar la incorrecta gestión por parte del Ayuntamiento en una problemática que no sólo afecta a los empleados, sino también a los ciudadanos y a los turistas que se llevan una impresión poco grata de la capital.

El diario difunde una imagen de la salida de metro Ópera, situado justo al lado del Teatro Real, rodeada de basura tras ocho días de huelga. Pero esta cuestión no sólo afecta a los lugares más emblemáticos de Madrid. "Las ruedas de los coches rozan la basura con sus ruedas", ilustra el periodista y añade: "Los empleados que cumplen con los servicios mínimos lo hacen bajo protección policial".

En esta línea, en su crítica directa contra Botella, señala: "Era ella quien quería salvar unos cuantos millones por el camino y ahora califica los hechos de 'guerrilla urbana, sabotaje y el vandalismo'".

Pero Wieland no sólo se refiere a estas últimas reivindicaciones cuando habla de una incorrecta gestión por parte de la alcaldesa Ana Botella, sino que prefiere enunciar todos los asuntos de gran relevacia que han disminuido la calidad de vida de los madrileños. "Recortes en las subvenciones culturales, el afán por el ahorro en las escuelas y en los hospitales y los intentos de privatización continua" son algunas de las cuestiones que subraya el diario.

Leo Weidung basa sus afirmaciones en la encuesta realizada por la Comisión Europea en 83 ciudades en la que se destacaban los problemas que sufría en Madrid en lo referido al transporte, educación y cultura, pero también en materia de contaminación del aire, ruido e incluso limpieza, aunque en este último punto se situaba por delante de Berlín. El artículo pregunta sentencia que la ciudad se encuentra en decadencia y que poco queda de "aquel Madrid alegre de la movida madrileña".

Frankfurter Allgemeine ha recalcado que no existe "un fin a la vista" para unos trabajadores abocados a perder sus puestos de trabajo a causa de un ERE planteado por tres de las cuatro empresas concesionarias.