Hace apenas unas semanas, con los hechos del Tarajal aún muy presentes, Mirel se convirtió en la primera mujer en saltar la valla de Melilla. Llegó cojeando y aseguró que era menor de edad, pero las pruebas forenses que le realizaron determinaron que no. Así, fue enviada al CETI, donde vive desde entonces.

Su ilusión al llegar a España era la de convertirse en futbolista profesional, y en Melilla ha vuelto a disfrutar de su 'vicio': "Mi sueño es ser futbolista profesional". "Pero llevo un año sin poder jugar, me hacen falta entrenamientos para recuperar la forma que tenía", reconoce Mirel.

Y ya se ha puesto manos a la obra. De momento, ya está jugando en el equipo de fútbol femenino del CETI, el primer paso -espera- para poder llegar a la élite. Y eso que hace apenas un par de semanas se vieron sus primeras imágenes tras haber saltado la valla, visiblemente afectada y cojeando de manera evidente.

Ella, mientras, desea no hablar del tema. Quiere olvidar cuanto antes sus cuatro intentonas para entrar en nuestro país y centrarse en que su sueño se convierta realidad.