Tres jóvenes tiroteados por otro en una pizzería y un niño de 11 años marcado en la piel con una cuchilla. Son sucesos terribles ocurridos que han ocurrido en Madrid en los últimos días y que podrían estar relacionados con la guerra entre bandas juveniles. Estos grupos parecen cada vez más violentos, aunque la Delegación del Gobierno asegura que son casos puntuales.
Kevín, un expandillero, ha relatado lo que él tuvo que hacer cuando estuvo en una banda juvenil. "La primera prueba que me mandaron hacer fue apuñalar a uno de la banda contraria", ha confesado.
Este joven reconoce que tuvo que hacer cosas "que en su sano juicio no haría". Se trata de encargos que se suelen hacer a los miembros más jóvenes de las bandas, muchas veces menores. "Ellos son imputables, no pueden entrar en prisión", ha explicado Kevin
Según fuentes policiales, el ataque en la pizzería se habría producido por parte de un miembro de la banda Dominican Don't Play a otros miembros de los Trinitarios. Kevin sabe que la guerra entre estas dos bandas está peor que nunca.
"Se van a producir más venganzas de los DDP, de los Trinitarios, siempre van a estar así", ha asegurado.
La Policía también investiga si hay alguna banda detrás de la agresión que se produjo a un menor de 11 años. "Se le acercaron cuatro varones de aproximadamente 16 años. Dos de ellos agarraron al menor por los brazos. Uno de ellos sacó una cuchilla que le produjo una laceración de 2,5 centímetros de ancho por tres centímetros de largo con la inscripción de las letras 'J' y 'E'", recoge el atestado policial.
La Delegación del Gobierno de Madrid ha asegurado que el plan contra las bandas juveniles está activo, señalando que el uso de armas de fuego, como lo ocurrido en la pizzería, es un caso aislado. Además, han señalado que las fuerzas de seguridad están tratando de atender cada suceso y de prevenirlos.
Forzada a alquilar su vientre
Le quitan el bebé a una mujer a la que le implantaron un embrión de otra pareja por error: Kyrstena 'tuvo' un bebé negro de un donante blanco
¿Qué pasó? Kyrstena Murray se sometió a un tratamiento de fertilidad con un donante anónimo, pero al dar a luz, el bebé era negro, cuando ella había pedido un donante blanco. Las pruebas de ADN revelaron la negligencia: la clínica le había implantado el embrión de otra pareja.