Es la primera yayoflauta que acaba en un juzgado. Y lo hace dice, por ser solidaria. Vio como dos policías de paisano requisaban la mercancía a los manteros. "Estas personas iban riéndose, lo cual me causó indignación y les dije que si no les daba vergüenza lo que estaban haciendo".

Esta mañana la han apoyado decenas de indignados de su colectivo. Defienden la valentía de la Ela, por denunciar una injusticia. "Yo le pondría la multa a los policías que le han puesto esto", afirma una compañera.

Porque esta yayoflauta, cobra 600 euros de pensión. Fue en Noviembre de 2013 y tras colaborar en una recogida de alimentos. "Naturalmente que lo volvería a hacer, es posible que me vaya a Melilla y me suba a una valla yo también".

Tiene 73 años pero no es dificil encontrarla defendiendo los derechos humanos. Porque no tiene miedo. Y, dice, muy por encima está la lucha de los yayoflautas contra los recortes y la pobreza.