En Estados Unidos, el 30% de la población ha dejado de consumir gluten sin ser celíaca y se ha extendido la percepción de que es perjudicial, pese a que los investigadores alertan de que no es conveniente eliminarlo sin supervisión médica porque a raíz de ello se pueden suprimir otros micronutrientes beneficiosos.

"No hay evidencia que demuestre que el gluten es perjudicial para la salud, en términos generales o a largo plazo", sostiene la profesora de Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC Pilar Garcia-Lorda, que insiste en que "hace falta una diagnosis médica que justifique la exclusión" de esta proteína.

El estudio de Harvard apunta que las personas en observación que hacían dieta sin gluten consumían menos productos ricos en fibra procedentes de los cereales y que éste es un factor que contribuye a la prevención de la diabetes de tipo 2.

La nutricionista Anna Bach también defiende una dieta equilibrada que no elimine el gluten, porque si se restringe esta proteína también se eliminan lácteos y otros grupos de alimentos y, si esto no se compensa, puede derivar en dietas con un exceso de proteínas o hidratos de carbono simples.

La profesora Alicia Aguilar, de la UOC, alerta de que la dieta sin gluten "se ha mitificado" y se le ha atribuido "mejorar la condición física o la pérdida de peso, aunque ahora mismo no hay ninguna evidencia científica de que haya una relación causal" entre eliminar el gluten y adelgazar.