El gas radón, considerado altamente cancerígeno, está presente en el 70% del territorio gallego. Se han encontrado concentraciones también en zonas de Castilla y León, Castilla-La Mancha, la Sierra de Madrid y los Pirineos en Cataluña. Un gas que es la segunda causa de la aparición del cáncer de pulmón y que puede aparecer hasta en las casas.

El radón es un gas radiactivo que proviene de la descomposición del uranio en el suelo, rocas y agua. "Se concentra en las plantas bajas de las casas", explica Héctor Giménez, un afectado.

La única manera de detectarlo es midiéndolo con un detector específico. "Hay que colocar un detector que permita cuantificar la radiación existente", advierte Alberto Ruano, director del laboratorio Radón.

En casa de Héctor salieron picos de 1.800 al medirlo. "Es la misma exposición que puede sufrir un médico de rayos que trabaja sin protección", compara. De hecho, sus padres, no fumadores, fallecieron de cáncer de pulmón. "Mis padres, cuando estaban durmiendo, estaban recibiendo unos impactos de radiación como si estuvieran fumando mientras duermen", comparte.

Y el radón, en su acumulación, es cada vez más nocivo. La solución pasa por realizar una ventilación forzada. "Puede ser a través de láminas anti radón o la despresurización del suelo, que es sacar el radón del suelo", afirma Alberto Ruano.

Todo por hacer desaparecer un gas cancerígeno más presente de lo que se piensa.