Reside en Quilós, en la localidad leonesa de Cacabelos, y en el año 2010 fue denunciado ante la Guardia Civil por la Plataforma Antifascista del Bierzo, tras identificarlo en varios vídeos colgados en las redes sociales en las que aparece disparando armas en espacios públicos.
La Audiencia Provincial de León en 2015 le condenó a cuatro años de prisión por tenencia ilícita de armas. Pero 'el rambo del Bierzo' no sólo usaba armas de guerra sino que hacía ostentación de simbología nazi y había convertido su caca en un santuario del nazismo, un lugar de culto hacía Hitler.
La condena se conmutó por 10 meses de trabajo comunitarios. La razón fue, además del retraso en el juicio, el respaldo que recibió de sectores ultraconservadores de Cacabelos. Se manifestaron por su libertad y recogieron firmas en su apoyo. Entre ellos estaba Jesús Álvarez, el sacerdote de la localidad, de la Parroquia de la Asunción, quien dedicó misas al neonazi y movilizó a sus feligreses en su defensa.