Acompañada por su abogado y respaldada por dos compañeros uniformados de la Policía Local. Así ha llegado a la Audiencia Provincial de León una visiblemente emocionada Raquel Gago.
Ha vuelto a la sala donde el sábado escuchó como un jurado popular le acusaba de cooperar en el asesinato de la expresidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco. Esta vez lo que se dirime es si Raquel Gago debe esperar la sentencia del juez en su casa o entrar inmediatamente en prisión.
Entre lágrimas, Gago ha pedido a los tres magistrados que confíen en ella, como hacen los 6.000 leoneses que en tan solo día y medio han apoyado con su firma que continúe en libertad.
Pero la Fiscalía y la acusación particular han sido tajantes: creen insólito que Raquel Gago continúe libre a la vista de los delitos tan graves de los que se le acusa. Además creen que, enfrentándose a una pena de hasta 15 años, la tentación de intentar escapar es evidente.