La reacción del arzobispo de Granada no convence al Vaticano. La investigación de Javier Martínez excluye de toda responsabilidad a siete sacerdotes y dos seglares que supuestamente encubrieron lo sucedido. Hoy volvía a pedir cautela: "Me sangra el corazón, me sangra el alma. Si los hechos no son verdad, no se ha protegido la presunción de inocencia de una serie de personas".

Según 'Religión Digital', el papa no cree que Martínez esté actuando con contundencia. Así se lo dijo a Daniel, el joven denunciante. El arzobispo asegura, sin embargo, que no ha hecho más por petición expresa de Daniel y para no entorpecer la investigación policial: "Yo puedo hace pública la carta donde él me dice 'no haga usted nada' y también tengo un auto judicial pidiéndome justamente lo mismo".

Su puesto podría peligrar, ya que hay dos pecados que el papa Francisco no perdona a sus obispos: el despilfarro y que no sean diligentes con los abuso sexuales. José Manuel Vidal cree que "se dan estas dos circunstancias con el arzobispo de Granada, de tal manera que podría ser removido en cualquier momento por el papa Francisco". Por su parte, en palabras de Jesús Bastante, "hay cosas que se contradicen".

Una polémica que está marcando estos días la asamblea anual de la Conferencia Episcopal. El arzobispo de Santiago, Julián Barrios, ha afirmado que están "preocupados y dolidos, por supuesto". Por su parte, Ángel Rubio, exobispo de Segovia: "La iglesia siempre ha sido santa y pecadora".

El recelo es tal que, según publica 'El Ideal' de Granada, el Vaticano mandó a dos curas de Valencia a entrevistar al joven denunciante e iniciar una investigación. Todo ajeno a los movimientos del arzobispo de Granada.