El religioso y médico español Manuel García Viejo de 69 años, infectado de ébola, ha llegado a Madrid y se encuentra ya en el hospital Carlos III para ser tratado de la enfermedad, después de haber sido trasladado en un avión medicalizado desde Sierra Leona.

Junto al religioso, viajaban en el avión dos tripulaciones. Cada una de ellas estaba integrada por un piloto, un copiloto, un navegante y un auxiliar.

Además, el misionero ha sido atendido durante su repatriación por dos equipos médicos formados por un comandante médico, un capitán enfermero y un cabo primero y un auxiliar de enfermería.

Tanto las tripulaciones, como el personal sanitario y de vuelo de cabina han estado protegidos en todo momento con monos impermeables y diverso material para aislarles de fluidos o partículas contaminantes del paciente infeccioso y prevenir el contagio.

A su llegada a Torrejón, García Viejo ha sido recibido por personal de Sanidad Exterior, que ha entregado al paciente al personal sanitario de la Comunidad de Madrid para que fuera trasladado al complejo hospitalario La Paz-Carlos III, siguiendo el protocolo de seguridad.

Esta es la segunda vez en menos de dos meses que el Gobierno de España pone en marcha un protocolo de repatriación ante el caso de españoles infectados por ébola, tras el seguido en agosto del sacerdote Miguel Pajares, que llegó a Madrid el 7 de agosto y falleció el día 12 del mismo mes a causa del virus.

Pajares fue repatriado a España junto a la misionera guineana con pasaporte español Juliana Bonoha, que fue dada de alta el 28 de agosto tras haber sido sometida a diversas pruebas que descartaron que padecía ébola.

García Viejo se encuentra ingresado en la sexta planta del Hospital Carlos III, donde se han dispuesto habitaciones de aislamiento con esclusas con presión negativa para evitar cualquier contacto del enfermo con el exterior.

El personal sanitario que atenderá al religioso en este hospital estará provisto de equipos de protección y ha sido entrenado para su uso correcto, como sucedió en su día en el tratamiento que se siguió con el sacerdote Miguel Pajares y la monja Juliana Bonoha.