Tos, sequedad nasal, congestión... ante estos síntomas, lo primero que pensamos es que estamos resfriados. Sin embargo, la rinitis podría estar relacionada con la contaminación. Pero, ¿cómo diferenciamos cuando estamos constipados de cuando estamos sufriendo los efectos de la polución ambiental?
"La contaminación en las fosas nasales nos provoca una rinitis", indica el doctor Darío González, médico de familia. Esta, apunta, "se distingue de un catarro en que no hay fiebre, aparece exclusivamente esos días en los que hay un alto nivel de contaminación y no hay un malestar general".
"Puede llegar también a producir hemorragia nasal", advierte el especialista, que detalla que la polución "sobre todo produce estornudos, para expulsar esas partículas contaminantes". "Puede transformarse en una rinitis crónica", alerta el experto.
La rinitis por un catarro, en cambio, "es febrícula, fiebre poco elevada, puede haber dolor de cabeza y no tiene que ver nada con el nivel de contaminación", detalla.
"El coche es un destructor de la salud", asevera el doctor González, que indica que es el principal contaminante, "no solamente por los gases que emite en su tubo de escape, sino por el desgaste de las ruedas con el roce del suelo, que forma unas micropartículas que pueden inhalarse". "Puede favorecer la formación hasta de trombos", agrega.
¿Qué podemos hacer entonces frente a la contaminación? En este sentido, el doctor Darío González aconseja "evitar esas zonas donde hay más contaminación en la ciudad" y procurar "hacer ejercicio físico lejos de esas zonas", optando mejor por hacerlo en las parques, así como "no meter más tóxicos en nuestro organismo fumando".