Ni siquiera un nuevo empleo ha permitido a la familia de Rocío recuperar su vivienda. Dejaron de pagar la hipoteca temporalmente cuando su marido se quedó en paro y, hoy, la casa ya está subastada.

Han llegado demasiado tarde. Son los efectos secundarios que sufren miles de afectados por la hipoteca. Si el banco subasta su vivienda, ya es imposible recuperarla. Si todavía está a tiempo, los intereses de demora son tan altos que tampoco le permiten salir del agujero.

Narcisa ha conseguido la condonación de la deuda. No tiene casa, pero tampoco el peso de tener que pagar 95.000 euros de deuda que arrastraba. Vive de prestado, pero al menos puede empezar de cero.