El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ha lamentado la falta de propuestas y las "ocurrencias" como eliminar el Ministerio de Defensa por parte del líder del PSOE, Pedro Sánchez, quién le ha acusado de haber demostrado con la crisis del ébola que es el presidente de un "desgobierno".

Rajoy y Sánchez han mantenido un tenso debate en la sesión de control del pleno del Congreso con motivo de la gestión del caso de ébola detectado en España. Sánchez ha asegurado que pedirá "una y mil veces" que Rajoy comparezca en el Congreso por este asunto, y el presidente del Gobierno se ha mostrado convencido de que se han cumplido las prioridades fijadas.

Después de que Rajoy enumerara las actuaciones que ha llevado a cabo el Gobierno para que existan todas las garantías sanitarias, el dirigente socialista ha señalado que los profesionales de la Salud Pública le han comentado la "desvergüenza" de los políticos del PP que "tratan de responsabilizar de sus propias irresponsabilidades" a la enfermera infectada, Teresa Romero.

Sánchez ha considerado que Rajoy cree que gobernar "es poco menos que acudir a las escalinatas del Hospital Carlos III, hacerse una foto y no escuchar a los profesionales de la salud pública que les han criticado su gestión". El secretario general del PSOE ha insistido en el "auténtico desastre" que es el Ejecutivo porque hay "una vicepresidenta que se encarga de la Sanidad y una ministra de Sanidad que, afortunadamente, no se encarga de nada".

Tras afearle que siga apoyando a Ana Mato, le ha dicho a Rajoy que es "un presidente del Gobierno que ni está ni se le espera" y que, cuando habla, deja "con la boca abierta a los españoles". Además, ha lamentado que Rajoy aún no haya reprobado las "viles palabras" del consejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez.

Rajoy ha vuelto a lanzar un mensaje de tranquilidad al asegurar que la crisis del ébola está "encauzada" y que el contagio es "muy difícil", ya que sólo ocurre por contacto con fluidos de enfermos en fase avanzada. El presidente ha explicado que, desde el primer momento, las prioridades fueron la salud de la auxiliar infectada y el control de las personas en contacto con ella y con el misionero Manuel García Viejo, fallecido por ébola tras ser trasladado a España.