La reforma educativa del ministro José Ignacio Wert ha vuelto a encender los ánimos del nacionalismo catalán y de gran parte de la oposición. ERC ha retado al Gobierno a que envíe a la Guardia Civil a las aulas si quiere aplicarla en Cataluña. Por su parte, el ministro Wert ha estado muy moderado en sus declaraciones.

El ministro de Educación ya sabía esta mañana que le iban a entrar a matar. Cinco preguntas que incluían de todo. Desde comparaciones con ministros de Franco hasta peticiones de dimisión, o carteles británicos de la Segunda Guerra Mundial para subir la moral de los ciudadanos: "No se le ocurra tocar a nuestros niños. ¿Pondrán un Guardia Civil en cada aula? ¿Qué harán? No lo acataremos". La respuesta del ministro no se ha hecho esperar: "No tenemos la menor intención. Y aunque la tuviéramos, no sería posible atacar la escuela en catalán", ha contestado el ministro.

Joan Coscubiela, de Izquierda Plural, ha afirmado que "su modelo educativo, su modelo social es el de un gobierno talibán". Mientras que el socialista Francesc Vallès le ha pedido que se vaya "antes de que el daño que está haciendo sea irreparable".

Wert ha intentado mantener un tono moderado y, en su modesta opinión, convincente. Acompañado en todo momento por la presidenta del PP catalán, ha intentado escenificar así que no está tan solo. Alicia Sánchez-Camacho se reunía con el 'toro bravo' para hacerle sus propuestas, justo el día en que Artur Mas celebra una cumbre 'antitaurina'. ¿Y qué hacían en esta reunión? "Yo insistiría en que es una manipulación", opinaba Wert. Mientras que Sánchez-Camacho prefería "decir que es un engaño".

Preparaban la rueda de prensa de Sánchez-Camacho. ¿Manipulación o engaño? "Lo que aquí se ha producido es una manipulación y una tergiversación del Gobierno de Cataluña". Sánchez-Camacho se convertía así en la primera persona que hoy se tomaba en serio las propuestas del Ministro.