El kilo está a unos seis euros, pero si la Comisión Europea acepta la propuesta del Consejo Internacional para la Exploración del Mar, puede convertirse en el próximo caviar del mar.
La sardina originaria del Cantábrico y del Atlántico está en peligro de extinción, los propios pescaderos indican que la de Portugal también es de gran calidad, por contra la del Mediterráneo es más pequeña y resiste las embestidas de la captura.
No hay más que echar un vistazo a este gráfico para ver cómo en lo últimos diez años han bajado las toneladas capturadas.
La solución sería dejar de pescarla en 2018, incluso en los próximos 15 años, para que le dé tiempo a reproducirse y recuperarse.
Las cofradías de pescadores tienen una propuesta diferente: bajar la cuota de pesca. Esta coincide con la opción que bajara el gobierno español.
"Cuando empiece a desaguar cortar la pesca de la sardina y poner cupos más pequeños", afirma el presidente de la Asociación de Armadores del Cerco de Galicia, Juan José Bueno. A esto añade que muchas familias se verían afectadas porque no sólo trabajan de ella los pescadores sino también los restaurantes.
Por su parte, las conserveras están concienciadas de que o paran o habría un verdadero "entierro de la sardina".
"Habrá que adaptarse, que se conserve la especie con medidas no tan drásticas", apunta desde la conservera Sotavento, Eva González.