El buque oceanográfico Ángeles Alvariño continúa con la búsqueda en aguas de Tenerife de los cuerpos de Anna y Tomás Gimeno cuando se cumple una semana desde que hallaran el cuerpo de la pequeña Olivia. Una semana en la que el sonar ha barrido cientos de metros cuadrados del fondo marino y en la que no se ha hecho ningún hallazgo.
Hoy los trabajos del buque prosiguen en la misma zona, después de queayer la familia de las niñas rogara que se mantuviera la búsqueda. La familia ha alegado dolor por no poder encontrar el cadáver de Anna, e incertidumbre por el paradero de Tomás Gimeno "ante la remota idea de que semejante monstruo siga con vida".
Mientras, la Guardia Civil está realizando gestiones "en el ámbito civil" para poder disponer de soluciones tecnológicas que permitan sustituir al buque con sonar en las labores de búsqueda. Está previsto que el Ángeles Alvariño regrese próximamente al puerto de Santa Cruz de Tenerife para realizar labores de mantenimiento del equipo con el que está dotado y que tiene una operatividad limitada para trabajos continuados. En concreto, se trata del sonar de barrido lateral y de un robot submarino no tripulado, el Liropus 2000, que permitieron localizar y rescatar el cadáver de Olivia a unos mil metros de profundidad.
Precisamente sobre el asesinato y el hallazgo de Olivia, el auto indica que Tomás dio muerte a sus hijas en su casa de Igueste de Candelaria en un plan preconcebido que tenía como fin provocar a su expareja el mayor dolor que pudo imaginar y a la que de forma deliberada quiso colocar en la incertidumbre acerca del paradero de las niñas ya que en las últimas conversaciones dio a entender que se fugaba. Además, ideó el modo para que los cuerpos sin vida de las niñas nunca fueran localizados al arrojarlos al mar dentro de unas bolsas lastradas y amarradas a un ancla a una gran profundidad, en una zona donde solo buques como el Ángeles Alvariño, pueden hallarlos, tal y como ha hecho con el cuerpo de Olivia.
No obstante, las posibilidades de encontrar a Anna, de un año de edad, son menores ya que la bolsa que apareció junto a Olivia y donde presuntamente Tomás Gimeno la metió estaba rota y con lastres dentro.
Los investigadores ven más probable localizar antes a Tomás Gimeno. Continúan buscando el cinturón de buceo con ocho kilos que el padre de las niñas habría usado como lastre para suicidarse en el mar.
Análisis en el Anatómico Forense
El cuerpo de Olivia continúa en el Anatómico Forense una semana después de ser localizado en el mar y trasladado allí.
En este sentido, el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IMLCF) de Santa Cruz de Cruz de Tenerife ha señalado que el hecho de que la causa inmediata de la muerte haya sido "compatible con edema de pulmón agudo" no permite en ningún caso aventurar hipótesis como el ahogamiento o la inhalación de tóxicos "que solo sirven para generar confusión y añadir más dolor a personas que ya están sufriendo bastante".
Asimismo, la dirección de esta institución ha recalcado que, como expresa el auto judicial, el informe preliminar, "que es eso, preliminar", ya advierte de que las conclusiones "están pendientes de estudios químico-toxicológicos, biológicos e histopatológicos sobre las muestras tomadas". Y apuntan que el edema agudo de pulmón "puede corresponder a multitud de causas de muerte".
Fuentes forenses han confirmado que el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses en su sede de La laguna, que analiza los restos biológicos de la niña, estima que los primeros resultados de las pruebas, los resultados químicos, no estarán disponibles hasta dentro de dos semanas.
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