Tímido, distante y con fama de conflictivo. Así describen a Sergio Morante los que más le conocen. Morate ya estuvo preso por raptar, retener y agredir a una ex novia anterior a su relación con Marina. Hecho que provocó que redujera su vida social y familiar.

Después de coger su coche desde el pueblo conquense de Palomera y recorrer hasta 2.800 km para llegar a Rumanía, la Policía del país conseguía detenerlo el jueves en un apartamento. Sergio no puso resistencia. Uno de los hombres que estaba con él en el momento de la detención asegura que Morate le confesó el crímen, pero que no le creyó.

Enmanillado pasó a disposición judicial y allí ha declarado ser inocente. Su abogada afirma que "Sergio asegura que es inocente y cree que no esta justificada tu extradición a España". El Juzgado de Cuenca que lleva el caso ya ha hecho llegar la petición de extradición, pero Morate no quiere volver.

Según el periódico 'El País', el presunto asesino teme por su vida. Su abogada, afirma que su cliente "declara tener miedo de volver por haber recibido amenazas él y su familia". Denuncia tener miedo de que compatriotas ucranianos Marina puedan poner en peligro su vida, incluso en una cárcel española.

Ni su familia le apoya, y para hablar de él utilizan términos como "abominación de hombre" y "mente perturbada". En un comunicado en la página web de su negocio añaden: "No sabemos qué diablo o terrible demencia se apoderó de ti pero debes ser consciente que no sólo asesinaste a esas niñas, has matado a su familia y a la que fue tuya, no existe escusa ni perdón para una atrocidad así".

Morate ha ingresado en el centro rumano de detención y arresto preventivo en Timis, a la espera de que le comuniquen su futuro.