Uno de esos voluntarios es Nick Owen, quien, según cuenta en el periódico La Razón, trabaja en Médicos sin Fronteras y ha perdido a diez de sus compañeros en África desde que se inició el brote.

Owen, según el diario, es el paciente EBL-001016 y una de las primeras "cobayas" humanas a las que se ha suministrado la vacuna ChAd3, que incorpora una única proteína benigna del virus del ébola para que su cuerpo sea capaz de crear inmunidad. Y su cuerpo ahora está creando las defensas necesarias para que, si en un futuro estuviera en contacto con el virus, éste no tuviera opción de atacar a sus órganos, como sí lo está haciendo con la auxiliar de enfermería Teresa Romero.

El voluntario está informado sobre lo que está ocurriendo en España y asegura que su corazón está con la auxiliar de enfermaría Teresa Romero, primera paciente de la enfermedad contagiada en Europa, y añade que "lo que ha ocurrido demuestra que aunque existan procedimientos seguros para tratar el ébola, los profesionales de la salud están en mucho riesgo".