"Mientras tenga fuerzas, continuaré". Son las palabras que han cambiado la vida de Jiang Haowen, un niño chino de nueve años que sufre una parálisis cerebral diagnosticada desde los dos años. Eso no le ha impedido hacer una vida normal. Y se lo debe todo a su abuela, Shi Yuying.
La historia de esta anciana de 76 años se ha hecho viral por la fuerza y el amor que profesan en sí sus actos. Yuying se ha convertido en una 'anciana coraje', según valoran muchos usuarios de las redes sociales, por sus intentos de ayudar a su nieto a llevar una vida idéntica a las de otros chicos de su edad.
Cada mañana desde 2014, Yuying y su nieto se levantan bien temprano para poner rumbo al colegio del menor. Juntos recorren hasta 24 kilómetros para llegar a la escuela: él, en una silla de ruedas, y ella, de 76 años, impulsándole a lo largo de un peligroso camino.
Antes lo hacían en bicicleta, pero hace unos años el Gobierno chino pudo dar al joven una silla de ruedas con la que se maneja bien gracias su perseverancia y a la ayuda de su abuela. Aun así, el trayecto, el único que hay, comprende una zona larga y estrecha a través de un terreno montañoso.
Yuying es el único apoyo con el que cuenta actualmente el pequeño Haowen, pues su padre trabaja en otra ciudad para poder mantener a la familia, según relatan los diarios locales de la zona. La madre se divorció de su marido y ha desaparecido. Y, sin embargo, sorprende la felicidad y el ánimo con el que esta anciana emprende su ardua labor diariamente.
"Aunque Haowen no puede moverse con libertad, es un niño muy inteligente", ha afirmado en una entrevista. Su deseo: encontrar un colegio donde Haowen pueda desarrollar plenamente sus aptitudes y habilidades, adaptadas siempre a sus necesidades. Toda una historia de valor y fuerza que llega desde la otra punta del mundo.
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