La técnico de enfermería, Teresa Romero, ha querido agradecer todo el apoyo recibido y ha confesado sentirse aún muy débil. Tras recibir el alta médica depués de 30 días de hospitalización, Teresa, visiblemente nerviosa, ha leído ante los medios una emotiva carta.

"Si con mi sangre se puede curar, aquí estoy hasta quedarme seca"

Teresa ha querido, en primer lugar, agradecer y reconocer el trabajo de todo el equipo médico que la ha atendido. "Si Dios hizo el milagro, se sirvió de la ayuda de todos mis compañeros. Ellos han demostrado que tenemos la mejor sanidad del mundo". Asegura que sus compañeros sanitarios han sido capaces de, con su esfuerzo y entrega, "obrar un milagro".

Teresa Romero, que se contagió por Ébola tras atender al misionero fallecido García Viejo, asegura que su trabajo no fue en vano e insiste en que no sabe que es lo que pudo fallar durante el protocolo. "Ni siquiera sé si pudo fallar algo". Se muestra dispuesta a colaborar en la investigación del virus en todo lo posible. "Si con mi sangre se puede curar, aquí estoy hasta quedarme seca". Teresa ha querido mandar un abrazo a la hermana Paciencia, con la que asegura estar deseando encontrarse.

Confiesa que durante su aislamiento se ha aferrado a sus recuerdos y a su familia para poder seguir adelante. "Quiero restablecerme rodeada de los míos. Doy gracias a Dios y a Santiago Apóstol por mantenerme con vida", ha asegurado Teresa, al tiempo que ha pedido respeto a los medios durante su proceso de recuperación. "Llega el tiempo de descansar, quiero que respetéis mi recuperación".