Se pone fin a otra búsqueda más del cuerpo de Marta del Castillo desde que desapareciese hace cuatro años. Esta vez la búsqueda se centró en la finca de la Majaloba, en localidad sevillana de La Rinconada. Concretamente en la zona más próxima a la carretera, lugar que, según la última versión de Miguel Carcaño, enterró junto a su hermano el cuerpo de la joven.
En la última jornada de rastreo de la finca, la policía ha necesitado una antena más potente, de 400 hercios, para analizar el suelo con más profundidad, en zonas abruptas complicadas para el georradar.
Los padres de Marta se han acercado para agradecer la labor de los operarios, porque el trabajo se complica según los tramos. La finca, que mide 10.000 metros cuadrados, está delimitada por una carretera y un camino privado. Dentro, hay cultivos como un campo de maizal. Una área dificil porque si hay cultivos significa que la tierra ya ha sido trabajada.
Pero no es el único problema con el que se van a encontrar los agentes que buscan a Marta del Castillo. La finca está atravesada por un arroyo, otra dificultad para los agentes, porque la humedad absorbe la señal del radar.
También cuenta con una torre eléctrica, próxima a la carretera. Este escenario fue analizado minuciosamente hace unos días. No hay cultivos, por eso su estructura podría ser muy parecida a la de hace cuatro años.
Los padres de Marta están más esperanzados que nunca. Incluso su madre es la primera vez que acude a un escenario donde se está buscando a su hija. "Me da algo pisar el sitio donde podría estar enterrada el cuerpo de mi hija".
Ahora hay que esperar. La Policía recibirá en unas semanas un mapa elaborado por los técnicos del georradar, y cotejara estos datos con los del helicóptero para concluir donde hay que excavar.
Su familia ha interpuesto una denuncia
Un menor de 13 años, en el hospital tras recibir una paliza a la salida de un instituto de Granada
Un estudiante del mismo centro educativo le zancadilleó a las puertas del centro y comenzó a patearle. Fuera, continuó increpando al joven y golpeándole ante la mirada de las madres y de los padres que allí esperaban.