Se llama Atsede Nigussiem y estaba en su casa en Tigrai, en Etiopía, cuando su marido, Haimanot Kahsai, le roció un ácido corrosivo por todo el rostro, instantes después de llegar a casa, según informa el diario 'Metro'.
El presunto autor, Haimanot, de 29 años, huyó de la escena y Atsede salió gritando a la calle para pedir auxilio a sus vecinos. Cuando la encontraron tenía la cara fundida. La llevaron al hospital donde recibió asistencia inmediata.
Después de meses, aún sufre terribles dolores. No puede hablar y le cuesta mucho comer, lo consigue gracias a una pajita. Se ha quedado ciega del ojo izquierdo y corre el riesgo de perder la vista en el derecho también. Los médicos la recomiendan viajar al extranjero para recibir atención y tratamiento a largo plazo. Además, han creado una página web para recaudar fondos.
Atsede dijo que había estado casada durante cinco años con su esposo antes de que él se fuera a trabajar a Yemen, y así perdieron el contacto. De repente, el día del fatídico ataque, apareció en la puerta de la casa de la joven para rociarle el ácido en la cara. Allí estaba también su hijo de cinco años, durmiendo en su habitación.
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